sábado, 6 de octubre de 2012

PAYESES DE REMENÇA


Con el término remença, se designaba en la Edad Media al pago que en concepto de rescate habían de dar los payeses catalanes a su señor para abandonar la tierra. Así, pues, los payeses de remença, o simplemente los remenças, eran cultivadores de tierras ajenas adscritos a ellas de modo forzoso y hereditario. Jurídicamente, eran hombres libres, pero esta libertad estaba limitada por los vínculos que les unían al predio que cultivaban y, a través de él, al señor (Wikipedia).

Como otro siervos del sistema feudal, y aunque teóricamente eran hombres libres, se les consideraba como unidos a la tierra y , por tanto, susceptibles de ser comprados y vendidos con ella. La contrapartida era la teórica protección de los señores feudales.

El valor de la remença, podía incluso ser fijado por los propios señores y los derechos de éstos, eran prácticamente totales, llegando a ser incluso legal el maltrato.

Con la llegada de la peste negra a mediados del siglo XIV, la miseria y el hambre se apoderan del pueblo, los señores tienen que rebajar sus exigencias y las nuevas generaciones van despertando al descontento, la protesta y la insatisfacción.

En 1455, Alfonso V suspende por una sentencia “la prestación de los malos usos y servidumbres”, pero esto no se hace real y con Juan II pasa a ser doble, hacia el señor y hacia la monarquía.

En 1462, los payeses cansados de que ni Monarquía ni Generalitat solución el problema por la vía pacífica y legal, se revelan y el Consejo del Principado los aprovecha para, uniéndose a ellos, enfrentarse a la monarquía. La cuestión social se torna en conflicto político. Después de muchas vicisitudes, en 1486 Fernando el Católico dicta sentencia por la que la remença queda fijada en un máximo de 60 sueldos.

La verdadera importancia de esta revuelta del siglo XV es que es una de las primeras experiencias revolucionarías europeas con su sistema, y su ideal de profunda raíz social.





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